Era como tragar olas de silencio, mis labios se movían como debajo del agua, me ahogaba, era como si estuviera tragando silencio. En mí eramos yo y el silencio. Esa noche me arrojé desde la torre más alta.
No sé cómo me abandoné, pero era como un poema genial: no podía no ser escrito.
UN SILENCIO PARA MÍ
Alejandra Pizarnik